lunes, 1 de octubre de 2012

“Ampliación y mejoramiento del transporte público”, una promesa más…


¿No sería genial que, al menos, la mitad de lo que vemos en el video fuera real? Es solo una pregunta. No digo que se hagan todas, apenas la mitad. Solo con eso ya se habrían hecho más obras viales y de trazado urbano en la ciudad que los que puedo recordar en mi vida.

Caminar por La Boca a la vera de un Riachuelo limpio es un buen ejemplo de lo que me refiero, pero si agregamos la creación del parque central norte (en Plaza Francia), el parque lineal sur (en Constitución), la finalización de la línea “H”, la construcción de playas de estacionamiento en toda la Capital, el desvío del transporte publico a las grandes avenidas del centro, la peatonalización de calles y buses eléctricos para el desplazamiento, que también prometen, podemos evidenciar más un delirio que una realidad tangible.

Imaginarse todos esos proyectos realizados da una sensación (al menos a mí) poco frecuente: sentir que existe un compromiso con la gente. Cualquiera de las obras mencionadas precisan varios factores generalmente imposibles para la política de este país: consenso, constancia, estabilidad económica y política, aceptación, honestidad y trabajo. Si encontrarlos por separado es difícil no quiero imaginar cómo sería verlos juntos.

¿Por qué digo esto? Porque en ningún momento del video se establecen plazos, fechas, vencimientos o límites que definan una fecha para la efectiva inauguración de las obras y porque muchas de esas obras “faraónicas”, como la tunelización de la avenida 9 de Julio, fueron prometidas desde hace décadas.

Ojalá esté equivocado y el gobierno me haga tragar mis palabras. Hasta entonces son promesas que quedan en el aire, son proyectos destinados al fracaso.

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