¿No sería genial que, al menos, la mitad de lo que vemos en
el video fuera real? Es solo una pregunta. No digo que se hagan todas, apenas
la mitad. Solo con eso ya se habrían hecho más obras viales y de trazado urbano
en la ciudad que los que puedo recordar en mi vida.
Caminar por La
Boca a la vera de un Riachuelo limpio es un buen ejemplo de
lo que me refiero, pero si agregamos la creación del parque central norte (en Plaza
Francia), el parque lineal sur (en Constitución), la finalización de la línea “H”,
la construcción de playas de estacionamiento en toda la Capital, el desvío del
transporte publico a las grandes avenidas del centro, la peatonalización de
calles y buses eléctricos para el desplazamiento, que también prometen, podemos
evidenciar más un delirio que una realidad tangible.
Imaginarse todos esos proyectos realizados da una sensación
(al menos a mí) poco frecuente: sentir que existe un compromiso con la gente.
Cualquiera de las obras mencionadas precisan varios factores generalmente
imposibles para la política de este país: consenso, constancia, estabilidad
económica y política, aceptación, honestidad y trabajo. Si encontrarlos por separado
es difícil no quiero imaginar cómo sería verlos juntos.
¿Por qué digo esto? Porque en ningún momento del video
se establecen plazos, fechas, vencimientos o límites que definan una fecha para
la efectiva inauguración de las obras y porque muchas de esas obras
“faraónicas”, como la tunelización de la avenida 9 de Julio, fueron prometidas
desde hace décadas.
Ojalá esté equivocado y el gobierno me haga tragar mis
palabras. Hasta entonces son promesas que quedan en el aire, son proyectos
destinados al fracaso.
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