lunes, 17 de septiembre de 2012

El coloso de la(s) isla(s) III

Buceando un poco en Internet pude encontrar imágenes de la vista aérea de la ciudad deportiva de boca conforme fueron pasando los años.

Vale la pena ver como se construyó algo desde la nada (literalmente) y cómo pasó a ser completamente desaprovechado.

Una lástima, pero es la verdad

Linea de Tiempo: Ciudad Deportiva de Boca


lunes, 3 de septiembre de 2012

El coloso de la(s) isla(s)


Todos los grandes proyectos comienzan de la misma forma: con un sueño. Este fue el sueño de Alberto J. Armando, presidente histórico de Boca Juniors, que planeó un club distinto. Imaginó una institución grande, que representara a “la mitad más uno” del país, campeón de la Libertadores e insignia deportiva del país y de Latinoamérica. Para eso necesitaba un lugar que pudiera albergar tantos deseos e ilusiones. Así, de esa voluntad infranqueable de aquel dirigente, nació el proyecto de la ciudad deportiva de Boca y su estadio para 100.000 personas. “Boca nació a la orilla del rio y volverá a sus orillas con un nuevo estadio y con nuevas instalaciones deportivas” afirmaba Armando en una entrevista brindada al diario la Nación en 1964.

La historia cuenta que ese mismo año le fueron cedidos, según la ley 16.575 “una fracción de tierra con superficie hasta 40 hectáreas ubicada en los terrenos que resulten del rellenamiento de la zona del río de la Plata comprendida entre la Avenida Costanera Sur y prolongación de la calle Humberto I”. Los trabajos comenzaron a la brevedad y fue tomando forma (ganándole al rio) la tierra prometida del club boquense. Las 40 hectáreas de agua se llenaron con siete islas repletas de puentes, piletas de natación, canchas de tenis, fuentes de agua, una confitería, un anfiteatro, un acuario y un parque de diversiones para los más pequeños, entre otras atracciones.

Para el año 1971 la ciudad deportiva había alcanzado una dimensión impensada para muchos escépticos, pero aún faltaba la atracción principal: el gran estadio boquense. Se vendieron bonos o títulos pro-patrimoniales que daban categoría d
e Socio Patrimonial para el uso de las instalaciones a quienes los compraran, pero Armando y su gente no contaban con el factor de la economía nacional. A pesar de haber proyectado a apertura del estadio para las 11 del mediodía del 25 de mayo de 1975, la hiperinflación y el Rodrigazo afectaron la posibilidad de construir el gigante de hormigón y el sueño quedó hecho añicos.



Posteriormente, y aunque estaba prohibido por ley, el club logró deshacerse de los terrenos en la costanera por la suma de 22 millones de dólares en 1995 y venderlos, luego de un intermediario, a la empresa IRSA. La compañía busca llevar a cabo en los terrenos un barrio hiper exclusivo conformado por 11 torres con vista al río cuyo valor, según estimaciones, no será menor a 5.000 dólares el metro cuadrado. Sin embargo, el proyecto se encuentra detenido por reclamos ambientales de distintas agrupaciones.

Por otro lado, también hay proyectos de ampliación del estadio de Boca que serían llevados a cabo con financiación internacional y ya no con el apoyo exclusivo de sus socios y simpatizantes.

¿Cómo hubieran sido las cosas si aquel proyecto de los años 70 se hubiera concluido? ¿Hubiera sido este magnifico estadio la sede del mundial del 78 en lugar de su "archienemigo" El Monumental? Solo podemos decir que el proyecto quedó trunco y nuestra gran ciudad solo alimentó el bolsillo de los especuladores y la nostalgia de quienes piensan que todo tiempo pasado fue mejor


Del éxtasis (antes)



a la agonía (ahora).




Así es Buenos Aires.